Septiembre de 2014: Trajinando por Internet me he llevado la
agradable sorpresa de encontrar una reseña
estupenda sobre Libertalia en el blog de Fran
Zabaleta. Dejo aquí el enlace para que la leáis si os apetece, junto a este otro
en el que Fran se presenta a sí mismo de una forma deliciosa, ingeniosa e
inteligente.
Desde aquí pido mil perdones a Fran por no haberme enterado
antes y también le doy mil gracias de parte de Libertalia.
Treinta y siete maneras de leer Libertalia
Son treinta y siete opiniones distintas, treinta y siete perspectivas
diferentes, treinta y siete reflexiones (algunas mejor argumentadas que otras,
pero todas importantes), que representan treinta y siete puntos de vista acerca
de un mismo libro: son los treinta y siete trabajos críticos sobre Libertalia realizados por los alumnos de
Teoría de la Literatura de primer curso de Filología 2011-2012 de la
Universidad de Zaragoza.
Tenerlos en mis manos es un verdadero lujo, una oportunidad de oro para
cualquier autor porque te permite mirar tu obra con otros ojos, seguramente más
nuevos y perspicaces… En fin, que tras un primer examen he podido comprobar que
algunos de estos trabajos son verdaderamente muy críticos, lo que demuestra,
para satisfacción mía, que Libertalia
es una lectura que no ha dejado indiferente a casi nadie, que se trata de una
novela capaz de crear polémica y reflexión, de suscitar sentimientos enfrentados,
de gustar mucho, no gustar, molestar o decepcionar, pero siempre con un
denominador común: todos los alumnos terminan por reconocer que, al menos, les
ha hecho pensar.
De entre estos treinta y siete trabajos, sin menoscabo de todos los
demás, me gustaría destacar algunos cuyo enfoque, compartido o no, me ha parecido
más sólido. No son necesariamente los mejor calificados por el profesor de la
asignatura, sino los que más me han gustado a mí:
No puedo dejar de citar en primer lugar a Joaquín de Carpi Mimbela. Considero realmente bueno su trabajo
sobre los diferentes conceptos de libertad en Libertalia. Atinado, sincero y erudito. Mi enhorabuena. También me
ha gustado mucho el realizado por Lucía
Lizarbe Casado, su estudio de Libertalia
en clave de intertextualidad, su análisis de las estructuras formal y
semántica, su percepción de los diferentes niveles narrativos presentes en el
texto, necesarios para crear una novela completa y compleja. Otro trabajo excelente
es el de Pablo Calvo González, con
sus “Mil y una voces de una aventura pirata”, y los de Hada Torrijos Suelves (Hada da en el clavo afirmando que «…más bien
la ha escrito [la novela] para sumir a todo el que la lea en un estado de
reflexión continuo.»), Simone Bernucci,
María Hernández y Marta Oria de Rueda, con quienes,
además, mantuve una fructífera y entrañable correspondencia electrónica, o el
de Oriana López Pérez acerca de la
marginalidad y libertad en esta novela. Me dejo muchos. Bien por Helena Ríos Rodríguez (sí, Libertalia es, decididamente, una novela
romántica) y por Samuel Llonga Ejarque
(Libertalia es, también, una novela
que defiende las ideas ilustradas). Y para terminar, me gustaría citar las
palabras de otro alumno, Borja Resa,
tomándolas como precioso piropo: «Julio Cortázar decía que no hay temas buenos
ni malos, sino temas bien tratados o mal tratados. Para mí, está bastante claro
que Teresa Sopeña no solo los ha elegido bien, sino que los ha tratado
magníficamente». Me has dejado sin palabras, Borja.
Pues bien, gracias, muchas gracias a todos ellos, porque si la escritura
de Libertalia perseguía algún
objetivo era, precisamente, ese «hacer pensar» a sus lectores. No dar nada por
sentado. Afirmar una tesis para luego, por boca de otro personaje, negarla.
Hacer dudar. Hacer creer. Ofrecer conocimiento. Profundizar. Exponer no treinta
y siete opiniones distintas, sino todas las posibles para mostrar una realidad
poliédrica, facetada, huidiza, controvertida, abstraída a conceptos múltiples y
únicos, «como el mar, como la mujer, como la vida, como la libertad…».
Escribirla ha sido, para mí, la aventura
más fascinante.
Libertalia vuelve a ser “lectura” de curso para los alumnos de Filología
Libertalia. Una utopía pirata en el Índico fue lectura optativa de la asignatura Teoría de la
Literatura para los alumnos matriculados en primero de Filología de la Universidad
de Zaragoza durante el curso 2011-12.
Y este curso 2012-13, Libertalia
y yo tenemos el honor de repetir, lo que me llena de orgullo y satisfacción (¡qué “Borbón”
suena eso!) por un doble motivo: porque se trata de la primera novela que “repite”
dos cursos seguidos y porque creo que el tema que aborda es un tema importante
(y no porque la haya escrito yo, puesto que el mito de Libertalia ya existía en
el imaginario colectivo), fácilmente extrapolable a nuestros tiempos convulsos
de crisis económica, política e ideológica. Así que no estará de más conocer
los afanes de esos piratas que, ya en el siglo XVII, reivindicaban cuestiones
que hoy (lamentablemente) siguen teniendo plena vigencia.
Y no se me olvida comentar que este año Libertalia recorrerá su camino
en compañía de otra novela estupenda de corte más intimista, llena de ironía y
muy bien escrita. Me refiero a La huida del cangrejo, de Angélica Morales, a la que dedicaré una
próxima entrada en el blog Léolo.
Reseña de Libertalia en Anika entre libros
El escritor Óscar Bribián Luna
ha publicado una reseña precisa y
elegante sobre Libertalia donde destaca que se trata de "una aventura marítima apasionante y de
un notable calado. Una historia de piratas y teorías platónicas,
aventuras y reflexiones".
Óscar es autor del libro de relatos Mentes Perversas (Mira, 2009) y de la novela de fantasía Raazbal (Grupo Ajec,
2010). Ha participado, además, en la antología de terror Nuevas leyendas aragonesas (Mira, 2011) con el relato titulado "La leyenda de Escriche" y en la antología Insomnia (Grupo Ajec 2012), siendo su último trabajo el guión del cómic En el zulo (Saco de huesos, 2012), ilustrado por Carlos Bribián Luna.
Libertalia en la Feria del Libro de Zaragoza 2012
· El próximo sábado 2 de junio, de 19 a 21 horas, estaré firmando
ejemplares de Libertalia (y del resto
de mis obras) en la caseta del Grupo Hélice,
situada junto al edificio de Capitanía.
· El domingo 3 junio, de 18,30 a 21 horas, firmaré ejemplares en
la caseta de Mira Editores, junto al
VIPS.
·
El domingo 10 de junio, de 12 a 14 horas, volveré a estar en la
caseta del Grupo Hélice.
Como veis, hay horarios para todos los gustos.
¡Os espero!
Entrevista radiofónica sobre Libertalia
En
un café literario, cita con la libertad y las utopías: Libertalia
Teresa Sopeña Biarge, escritora
zaragozana, licenciada en Historia por la Universidad de Zaragoza y en
Antropología Social y Cultural por la UNED, es autora de novelas como La caja de gato (Mira, 2009), Como héroes (Mira, 2008), El caso Prometeo (Bubok, 2010), Libertalia (Mira, 2011) y de otros relatos
breves o extensos, como ella misma dice: “no importa la extensión”, que pueden
leerse en su blog Léolo.
Es una narradora “con las
entrañas y por placer, por diversión, por compartir”, como dice ella, “como
quien colecciona cromos”. Aficionada a experimentar en sus obras, se sale de los
cánones literarios existentes, apostando por la extravagancia de las normas.
Partidaria de una excelente
documentación histórica, desgrana tramas cargadas de reflexiones porque “la
literatura nos tiene que llevar a reflexionar”, según afirma; la imaginación y
la realidad se funden en un mundo mágico en el que tal vez, como en el de Julio Verne, nadie haya estado, hasta el
instante en que al abrir las páginas de un libro, te sumerges en esa nueva
realidad.
¿Cuándo nace tu vocación literaria?
Creo que tengo vocación
literaria desde siempre. Desde que era pequeña, incluso antes de aprender a
leer, ya pensaba que quería ser escritora. Pero a la hora de la verdad, tardé
muchísimo en desarrollar esa vocación. Por inseguridad, por miedo… La vida te
va llevando y hasta los 45 años no escribí mi primera novela, El caso Prometeo. No sé cómo fue. Era lo
que quería desde siempre, y lo guardaba dentro… hasta que un día eclosionó, y
desde entonces no he cesado de escribir.
Muchos escritores tienen unos precursores en su estilo, su
composición, ¿cuáles dirías que son los tuyos?
Todavía no tengo un estilo
concreto, o al menos no escribo dentro de un género definido. Principalmente,
voy experimentando. No tengo ningún precursor. Hay autores que me gustan
muchísimo, pero no hay nadie que me haya inspirado. En cada novela que escribo
experimento, sobre todo con las estructuras. Procuro hacer cosas diferentes.
¿Qué dirías que aporta la escritura a tu vida?
Todo. Durante el tiempo que
llevo escribiendo, la escritura ha aportado todo a mi vida. Ha sido cumplir un
sueño, alcanzar un reto personal, y tener además la satisfacción de que lo que
hago, gusta.
¿Tus obras se dirigen a un público determinado?
Intento llegar a un tipo muy
variado de gente, a toda la que pueda. No me dirijo especialmente a los
jóvenes. Tampoco pienso en quiénes van a ser mis futuros lectores, por lo que
esto no condiciona en absoluto mi forma de escribir. Siempre pienso que alguien
leerá lo que escribo, pero no tengo una imagen prefijada del posible lector.
Además, me he llevado muchas sorpresas en este aspecto con gente que yo nunca
hubiera imaginado que me fuera a leer. El público te sorprende. Es como tirar
una piedra a un estanque y observar cómo se propagan las ondas. Nunca sabes
hasta dónde van a llegar.
La lectura de tus obras denota una profunda documentación histórica,
principalmente en tu última novela publicada, Libertalia. ¿Hasta que punto eres fiel a la historia?
Soy muy rigurosa a la hora de
documentarme. No solamente en Libertalia,
que es una novela de aventuras con
trasfondo histórico, sino en todo lo que escribo. Soy fiel, no en cuanto
a la trama argumental, sino en cuanto a la descripción del contexto. Procuro
comparar y contrastar muchas fuentes antes de describir una realidad.
Los personajes de Libertalia
encarnan unos valores, ¿cuáles son?
El tema de Libertalia se ciñe a la libertad, al tema de la utopía, sobre todo
en una sociedad en la que esa utopía planteada parecía impracticable. Los
valores que encarnan los protagonistas se centran en la lucha por un ideal,
incluso el Capitán Tew, que es el personaje más tremendo e irreverente, es capaz de encarnar cierto idealismo.
Está muy presente el rol de la mujer tradicional como objeto de
deseo, ¿cómo se concilia esto tanto en tu obra como en la sociedad con el
respeto a una dignidad elemental?
No se puede conciliar de
ninguna manera porque el concepto de mujer que había a finales del siglo XVII y
principios del XVIII no tiene nada que ver con el actual. Cualquier imagen
fuera de la de objeto sexual o maternal que ahora podamos creer que encarna la
mujer, en aquel momento no existía, o lo era de forma absolutamente
excepcional, y en ese sentido he procurado mantenerme fiel al contexto de la
época.
Defiendes en Libertalia la igualdad de la casta india de los
Intocables, respecto al resto de la sociedad. ¿Dónde hunde sus raíces esta
igualdad que preconizas?
Responde a unas raíces éticas.
Es una defensa que se encuentra en el mismo contexto que el resto de la obra,
en la lucha por la libertad y la igualdad.
El lema que rezan los piratas es “A Deo, a libertate”, ¿en qué Dios
creían? ¿Panteísta, politeísta, animista? ¿Cómo era su relación con él?
Libertalia es un canto a la
libertad y a la tolerancia religiosa. Ejemplo de ello es el personaje de
Caraccioli, un fraile renegado, un hombre que ha estudiado no solo las utopías
políticas como la de Tomás Moro, sino muchas religiones y por eso preconiza una
especie de panteísmo o de deísmo, una religión concebida siempre desde el
respeto. En cuanto a la relación que tienen con
ese dios, no se plantean que no pueda haber un dios. Repudian por ello las
instituciones humanas, pero no la idea de un dios, que era una cuestión
impensable en aquella época.
La relevancia que das a las descripciones de las circunstancias que
rodean a los personajes, ¿frena la trama argumental intencionadamente? ¿Es la
escena un condicionante decisivo para el desarrollo de las acciones?
Como decía Agag (personaje de Libertalia), las
descripciones son relevantes para dar contexto. En una novela de casi
trescientas páginas, intento que el resultado sea completo, que tenga un poco de
todo, trama, acción, entretenimiento, reflexión y, además, que proporcione
conocimiento. Es importante describir los ambientes en que se mueven los
personajes para que el lector cree su propia imagen mental. Supongo que es una
manera de frenar la acción, pero aporta una mayor amplitud a la novela
convirtiéndola en un fenómeno total.
Relacionando la sociedad actual española con la novela, ¿qué cambios
necesita para mejorar? Y, ¿qué valores deben suscitar esos cambios?
Creo que estamos en un momento
de cambio de época en que hay que darle la vuelta a la sociedad como si fuera
un guante, y me temo que se trate de un proceso muy lento, vamos a tardar
muchísimos años hasta que eso acabe. En cuanto a los valores, me gusta tomar
como ejemplo, eso sí, con prudencia y cogido con pinzas, el Movimiento 15M, porque
entiendo que representa la toma de conciencia por parte de la ciudadanía de los
valores que la sociedad necesita para el cambio, y hacia los que (espero) vamos
encaminados.
Entrevista radiofónica realizada
por Marta Oria de Rueda Molins,
estudiante de Filología y Periodismo, para un proyecto de la Universidad San
Jorge.
(Creo que hiciste un buen trabajo, Marta. ¡Muchísimas gracias por haber pensado en mí y muchísima suerte en tus estudios y en todos los proyectos que emprendas! Un gran beso para ti).
Libertalia, Mención Especial del Jurado del Premio Internacional de Novela Histórica Ciudad de Zaragoza 2012